NOMBRES Y MÁS NOMBRES...
Los nombres siempre han sido un poco complicados para mí.
Y esque un nombre define tanto y se vuelve tan importante en la vida… desde el primer momento que nuestros padres deciden nuestro nombre se marca un camino en nuestra historia. ¿Llevamos el nombre de la abuela? ¿Nos eligieron el nombre por alguna situación o persona en especial? ¿Lo eligió sólo uno de nuestros padres? Y lo más importante… ¿nos gustará el nombre con el que han elegido llamarnos el resto de nuestra vida?
En mi caso doy gracias a Dios que sí me gustó el nombre que me eligieron mis padres, aunque ha sido un largo camino hasta “acomodarme” totalmente en ese nombre. Ellos eligieron llamarme MARIA FERNANDA. Durante mis primeros años en donde no tenía mucha conciencia de la importancia de mi nombre me decían : Mafer, Marifer y estaba bien… pero poco a poco fui creciendo y me di cuenta que esos apodos no “resonaban” conmigo, con mi esencia. Entonces decidí que quería ser sólo FERNANDA y de cariño ser llamada Fer; así si me sentía yo.
Ahora que acabo de vivir la experiencia de ser mamá, elegir el nombre de mi bebé fue todo un rollo. Mi esposo y yo duramos meses analizando y evaluando cuál sería el mejor nombre. No es broma que hicimos una lista como de 25 nombres de los cuales íbamos descartando los que por una u otra razón no nos acababan gustando. De esos 25 nombres, 23 los había sugerido yo y adivinen ¿qué?... ganó uno de los 2 nombres que propuso mi esposo!!!!! ( así es la vida jaja)
Yo quería que se llamara Emiliano, pero ese nombre me lo ganó un primo de mi esposo, después me gusto Juan Pedro, pero es el nombre que eligieron unos amigos muy cercanos. Después me gustó Tián y a la hora de compartirlo mi papá me dijo: “Tian…guis” y ¡PUM! hizo que me desenamorara del nombre en un segundo. (Gracias, gracias… ahora no tenía opciones)
Finalmente mi favorito era CRISTÓBAL. Estaba decidida que así se iba a llamar. Juan Cristóbal o Cristóbal a secas. Pero adivinen ¿qué? Me apellido Colín, entonces el bullying no se iba a hacer esperar por ser: Cristóbal Colín y mi marido me lo prohibió rotundamente: “Si de por sí ves el bullying que hay ahora y todavía quieres ponerlo de pechito”…y entonces no pude más que soltar la carcajada y optar por borrarlo de la lista.
Finalmente elegimos André. Nos gustó porque era un nombre original, sin diminutivos y porque tiene raíz francesa como mi apellido. Yo por unos días lo dudé porque me hacía falta nombre para el día que lo tuviera que regañar, poder gritar agustoo por ejemplo: Juaaaaaaaaaaan Cristóoooooobal deja eso, o Emilianooooooo no hagas eso. (En todo hay que pensar puesss… jaja)
Pero finalmente me convenció mi mamá cuando me dijo: “Imagínate cuando ya quiera hablar y quiera decir su nombre y no pueda pronunciar la R y diga ANDE”, de sólo imaginar esa escena me invadió la ternura y el amor por el nombre y quedó decidido. ANDRÉ.
Y así estoy ahora queriendo elegir el nombre para este blog. Lo bueno es que ahora cuento con su ayuda ¿no? Échenme la mano y denme ideas para poder nombrar este blog donde les estaré compartiendo parte de mi vida.
Elegir el nombre de cada muñeca también ha tenido su chiste y tiene que ver con la historia de Ceci y mía. Más adelante les compartiré como fueron surgiendo esos nombres, pero PRIMERO LO PRIMERO. Este blog necesita un nombre… y yo necesito su ayuda! Así que cualquier sugerencia o comentario es bienvenido.
Aaaaaaaaaah… y si tienen hijos y me quieren contar la historia de sus nombres también me encantaría saberla y darme cuenta que no soy la única loca y complicada (¿verdad?... ¿verdad?) jaja.
Fer :)